Recuerdos de Tormentas Pasadas

Hace 9 años publiqué una foto en redes sociales, de mi barriga, con un corazón pintado.

Era el anuncio público de que volvía a estar embarazada, por sexta vez.

Esa foto era muy significativa.

Quién me conoce sabe lo que he luchado para ser madre. Lo que un nuevo embarazo significaba para mi.

Ese corazón pintado en rojo en mi barriga, de la mano de mi hija mayor, que esperaba con ilusión, a su hermana pequeña.

Ahora miro atrás y aún me pregunto como tuve pelotas de volver a enfrentarme a un nuevo embarazo, con lo que habíamos sufrido. Con el miedo que tenía.

Valió la pena? Si! Pero no voy a romantizar el hecho de que cuatro de mis embarazos se pararon y que yo creí morir de dolor, de angustia, de tristeza, de frustración.

Recuerdo en la primera ecografia, estando de seis semanas de gestación. La doctora, que es un amor, me dijo sonriendo: hay que ser muy prudente y más en tu caso, pero esto pinta muy bien.

Esas palabras fueron luz.

Hoy me apetecía compartir contigo una reflexión. Y es sobre la lucha por los sueños, la esperanza, el sacrificio. Sobre la aceptación de las cartas que te reparte la vida.

Sobre la actitud con la que nos enfrentamos a las adversidades.

En mi caso reconozco que no lo gestioné bien. La situación me desbordó. Me aislé.

Ahora pienso que quizás podría haberlo hecho de otra manera. Pero está claro que transité mi dolor con las herramientas que tenía entonces.

Culparnos no sirve de nada. Aprender de ello, siempre suma.

No pretendo dar ninguna lección. Solo que hoy me ha dado por pensar en aquella época. En esos días de tormentas que me azotaron y que tras salir de ellas ya no era la misma persona, como decía Murakami.

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